Nos encontramos inmersos en el último trimestre del año que ha traído consigo algo de tranquilidad a los mercados tras un septiembre duro para los activos tanto de renta fija como de renta variable. Así, en los últimos dos meses veíamos como el Eurostoxx 50 subía un 20% y el S&P 500 se acercaba al 15% de subida. Es como si hubiéramos visto el rally de fin de año a principios de diciembre. Dosis de optimismo alimentados por unos datos de inflación a la baja en E.E.U.U. y las previsiones de alzas de tipos menos fuertes en los próximos meses.
Aún con esto, nuestra opinión es que aún no se verifican las condiciones para pensar en un rally sostenido en los activos de riesgo por lo que la prudencia y la paciencia siguen siendo nuestras mejores aliadas. Aumenta la probabilidad de recesión para 2023 a pesar de que de momento los resultados empresariales han sido muy buenos (sobre todo en empresas de mayor tamaño) y revisión a la baja de las previsiones de beneficios futuros es moderada. Sin duda veremos cierta presión en márgenes empresariales.
Desde el lado macro, los mensajes siguen siendo mixtos. El «espejo retrovisor»
que es el PIB nos muestra crecimientos mayores de lo esperado, particularmente
en EEUU aunque también en Europa; el mercado laboral sigue fuerte por
doquier, tanto en términos de creación de empleo como de evolución de los
salarios; la inflación continúa sorprendiendo al alza. En el otro lado de la balanza,
el deterioro de las encuestas, con perspectivas menos halagüeñas de cara a los
próximos 3-6 meses, especialmente para Europa y más concretamente en el lado
manufacturero. Riesgos al alza en relación con la inflación y a la baja sobre el
crecimiento son el titular para Europa, con el matiz de la fortaleza laboral en
EEUU.
En este entorno, nuestra visión es que no se verifican aún las condiciones para
pensar en un rally sostenido de los activos de riesgo, por lo que ante la
incertidumbre, prudencia y paciencia siguen siendo buenas recetas.
Geográficamente, mantenemos la preferencia por los activos americanos frente
a europeos, habida cuenta de la mayor incertidumbre (geopolítica, energética,
económica…) en relación con Europa, para la que aún podríamos no haber visto
el suelo por valoración. La única novedad viene de nuestro cambio de
recomendación sobre China. Tras el XX Congreso del Partido Popular chino, sin
indicaciones suficientes en relación con la política contra el COVID, o estímulo
monetario adicional suficiente, con tensiones desde el frente fiscal y sin anuncio
de respaldo al sector inmobiliario para rescatar, empeoramos la visión sobre los
activos ligados a esta economía. Previendo que los flujos de salida puedan
continuar/incrementarse, dada la situación descrita, se recomienda la venta de
posiciones en renta variable y fija china. En renta fija desarrollada, damos un
paso más. Junto a la idea de ir construyendo carteras de bonos, particularmente
dentro del mundo corporativo de buena calidad crediticia, vamos
incrementando la duración de las carteras.